martes, 18 de octubre de 2016

Las balas del Sr. Ministro de educación rebalsaron el vaso


Nuevamente las declaraciones del Ministro Bullrich nos llenan de estupor.

En una entrevista de la agencia Télam afirmó que los adolescentes compran balas con el dinero que reciben de los planes sociales.

La soberbia ignorante de este funcionario es una afrenta a la niñez y adolescencia de un país que tiene a la mitad de ellos en la pobreza, con familias desocupadas o con salarios en negro, sin vivienda dignas ni perspectivas de cambio a futuro.

No hace mucho había declarado otras barbaridades. Afirmó que su gobierno avanzaría con la educación en una nueva campaña al desierto, pero sin espadas, en una lamentable comparación con el exterminio de pueblos originarios en la Patagonia, bajo el comando de Julio A. Roca. En Enero, en la provincia de la Pampa, sostuvo a Prat gay en su justificación de los despidos de estatales porque era parte de la “grasa militante”. Entre tanto, sumó otro agravio. Quitó de las paredes del Ministerio cuadros de docentes desaparecidos durante la dictadura: Isauro Arancibia, Marina Viltes, y Graciela Lotufo, que habían sido realizados por alumnos y docentes del INFOD  

Más recientemente, para justificar el desastroso Operativo Aprender dijo que la escuela de hoy no sirve porque solo “fabrica chorizos”. Este hombre no sólo no sabe de educación, no conoce lo que pasa en nuestras escuelas. Curiosamente,  es quien implementó una  la evaluación externa estandarizada a los alumnos de nuestro país el 18 de Octubre   Más allá de los motivos pedagógicos y de política educativa que ya se han analizado en otros documentos por los cuales se rechaza esta evaluación,  consideramos que este ministro no tiene autoridad moral para evaluar  a nuestros alumnos.  
Una detrás de otra estas declaraciones y hechos han desnudado el carácter absolutamente reaccionario, elitista y racista de este ministro. Bullrich pertenece a la estirpe de una clase dominante de origen espurio,  hecha en base a la expropiación de la tierra a los pueblos originarios, como lo fue su familia, incapaces como clase productiva, parasitaria del trabajo de otros. Educados en guetos excluyentes, hipócritas frente a la miseria a la que someten a la mayoría a los que desposeen de su derecho a la vida digna, todo lo sostienen bajo el impudor de una ideología que los hace creer que cada uno tiene el lugar que se merece. 

Esta vez pasó la raya. Bullrich no puede seguir al frente de un Ministerio de Educación. No puede ser el responsable de la educación de millones en nuestro país. Elevemos nuestra condena desde cada escuela y universidad de nuestro país.  

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